jueves, 7 de agosto de 2008

2:05

Y yo solo queria quererte.

Y tu no querias que yo te quiziera.

y como explicarlo, como decirlo, como contarlo, como transmitirte mi deseo y mi querer.

cuando lo unico que quieres es que no te quiera.

y yo solo queria quererte...

y ahora solo quiero saber..

es posible extrañar sin haber querido..o solo es posible querer cuando se quiere y no cuando se ha deseado querer?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

[Lo mismo me sucedió a mí:]

"Y YO SÓLO QUERÍA QUERERTE."

[No sólo eso,
sino que llegué a quererte,
te quiero
y he decidido seguir queriéndote.
Sólo porque deseo quererte.

Y también me sucedió que:]

"Y TÚ NO QUERÍAS QUE YO TE QUISIERA."

[Entonces la trama
debería haberse llamado "espejismo"
y no "connubio"...
¿Quién iba a saber que "tú no querías que yo te quisiera"?

Y, así, me sumergí en el espejismo como en un connubio.
Iluso y contento, como un niño de antaño
al que le regalaron una cajita de hojalata vacía,
todavía olorosa al alcanfor
de la pomada que hasta hacía poco contenía,
y corrió alegre a guardar en ella lo mejor de su vida.

¡Qué ingenuidad tan débil y tan potente!
En su debilidad está su fuerza:
transforma la realidad más prosáica
en la más refinada belleza:
la caja de hojalata en un alhajero.
Ahí guardó lo mejor de sí,
lo único que de verdad tenía:
su corazón.
¿Quién iba a saber que "tú no querías que yo te quisiera"?

E hiciste que el niño
se diera cuenta de que aquel connubuio era sólo un espejismo.
Lo ha entendido bien el viejo chiquillo.
Lo que sigue sin entender
es que su cajita de hojalata
deje de ser un alhajero.
¿Cómo va a dejar de serlo,
si adentro está su unica joya?

Sabido, pues, que "tú no querías que yo te quisiera",
y sabido que el connubio era espejismo,
sé, sin embargo, que la cajita de hojalata sigue siendo un alhajero.
Por eso,
sin querer que me quieras a fuerzas,
puesto que "yo sólo quería quererte"
-eso es lo que para mí cuenta-,
y arropado en el respeto y el cariño,
he decidido seguir queriéndote.
Sólo porque deseo quererte.]

{Esas líneas tuyas, que escribí en mayúsculas y entre comillas, así como el concepto de tu última línea, me inspiraron esta glosa. Han sido un estímulo excelente para mí, para ponerme a jugar con la imaginación y plasmar el juego en palabras. Gracias.}

Wheres my happy face

Wheres my happy face